La diplomática Helena Cosano recibió el pasado 21 de abril el premio internacional de narrativa Buitrago de Lozoya por su novela «El viento de Viena».
El viento de Viena narra las aventuras de Eleonor, una joven médico española, durante su primer semestre como estudiante de psiquiatría en Viena. Cada capítulo es casi autónomo, presentando un encuentro, una experiencia, un aprendizaje o una escala en el viaje de la protagonista en busca de sí misma.
Bella, inteligente, un tanto arrogante y anímicamente inestable, Eleonor siente pasión por la mente humana, por sus disfunciones, su “locura”. Decide huir de su entorno para estudiar psiquiatría en la Universidad de Viena. Para ella, comprender la mente es conocerse a sí mismo, y los demás –pacientes, amigos o amantes– le ofrecen espejos donde observar reflejadas, a veces amplificadas, sus propias tendencias no siempre tan cuerdas como desearía.
Un soplo de locura recorre Viena, la mítica “ciudad de los locos”, engañosamente apacible en su anacrónica belleza, donde la rigidez y las convenciones esconden un profundo malestar. A veces sumida en la depresión, a veces maniacamente eufórica, Eleonor duda de su vocación y de si misma. Cuando la excentricidad se convierte en la norma, la mente humana descubre capacidades insospechadas, nada es lo que parece, los tabúes pierden su fuerza, los prejuicios se rompen, el bien y el mal apenas se distinguen y se diluye la frontera entre lo posible y lo imposible, la sabiduría y la locura.
La felicidad es sin duda simple cuando se experimenta, pero buscarla puede suponer adentrarse en laberintos en apariencia delirantes. Los caminos hacia el conocimiento de sí mismo son tan infinitos como los ríos que conducen al mar, y sólo uno mismo puede juzgar qué vía es la correcta.
A través de numerosos encuentros, viajes y experiencias de la más diversa índole –desde invocar a los espíritus hasta una secta luciferina que cree en los extraterrestres y en las virtudes del sexo redentor-, los prejuicios de Eleonor se van atenuando y descubre una tolerancia nueva, indispensable para cumplir su sueño de convertirse algún día en una gran psiquiatra. La mente humana resulta más compleja de lo que intuía, y Eleonor vislumbra sabiduría en la enfermedad mental y abismos de locura en la supuesta normalidad. En una sociedad enferma, no son los más locos los que lo parecen.
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